Si bien el término “discapacidades” incluye un amplio rango de condiciones físicas, de desarrollo, intelectuales y otras, a menudo las personas con discapacidades experimentan los mismos problemas. Por ejemplo, las personas con discapacidades corren un riesgo más alto de sufrir violencia emocional, sexual y física, y en consecuencia exponerse al VIH.
A menudo la educación sexual es inaccesible para las personas con discapacidades. Los materiales educativos no siempre están disponibles en Braille para las personas ciegas o a través de lenguaje de señas para las personas sordas. Las necesidades diarias, como los ascensores para las personas con problemas de movilidad, como Yolanda Santana y Nick Melloan-Ruiz, no siempre son de acceso fácil o seguro.
Frecuentemente las personas con discapacidades experimentan desventajas económicas. El mercado laboral puede ser un desafío, causando menores ingresos familiares, menor cobertura médica y en consecuencia mayores gastos de copago, así como información médica menos confiable.
Todos los aspectos de la prevención y atención del VIH deben ser accesibles para todos. Aquí presentamos cinco formas de apoyar la inclusión:
- Proveer acceso equitativo a los programas y servicios del VIH
- Implementar programas y políticas inclusivas de las discapacidades
- Incluir a personas con discapacidades en roles de liderazgo y toma de decisiones
- Adaptar el lugar de trabajo para personas con VIH y otras discapacidades
- Realizar investigaciones que informen políticas y programas de inclusión de discapacidades.
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